Me llama la atención casi todo. Me evocan recuerdos arrinconados en la memoria. Agradables sensaciones de la infancia y de hoy, que ya es pasado, eso que está en muchos baúles polvorientos, en desvanes y trasteros. Estos objetos impregnados en la retina me devuelven al pasado como si de una fotografía se tratara. Al contemplar estos artilugios aún siento frío en los pies recordando esas estufas de carbón para paliar el frío de esos crudos inviernos en la escuela, esos tinteros que más de una vez fueron derramados, esos lavaderos y las manos gélidas de las madres, esas abarcas de los labradores, esas maletas con olor a naftalina, ese molinillo de café, las muñecas de cabeza de porcelana, el aro, la peonza, el soldadito de plomo, la cartera de cuero con la cartilla y la pizarra... nada de eso tengo, pero todo en mi recuerdo.
Dice Sally Mann, refiriéndose a la fotografía, citado por Victoriano García Calderón: "Las fotografías abren puertas al pasado, pero también permiten echar un vistazo al futuro".
R. García
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