Un interesante recorrido, de la mano de la arqueóloga Elvira Sánchez, que no puedes dejar de visitar es el Pozo de Nieve.
Es uno de esos cuatro pozos que existieron, y único de momento, que se puede contemplar en Salamanca. Situado en la calle Rector Esperabé 81, pegado a la muralla que aún conserva sus almenas en perfecto estado.
De esos cuatro pozos de nieve que existieron desde el Siglo XVIII este ha sido descubierto y restaurado por el Ayuntamiento de Salamanca. Circundado por estructuras del Convento del Carmen de Calzado de San Andrés, llamado también "El pequeño Escorial Salmantino"
Estos pozos almacenaban nieve que traían en mulos de la sierras del sur de Salamanca ( Béjar y Francia) en forma de bolas que iban depositando en capas intercaladas con paja y posteriormente convertirla en hielo para uso doméstico en industrial que con la llegada del frío industrial fueron desapareciendo.
El pozo tiene una profundidad de más de siete metros cubierto por una bóveda transparente que da luz al fondo. Una vez adentrados en la estructura se pueden contemplar tenadas y caballerizas así como las galerías subterráneas, con estalactitas, que a ciencia cierta no se sabe su función.
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